jueves, 16 de mayo de 2013

Apagón en 20 minutos

Soy Jorge donde trabajo se ven y se escuchan muchas cosas. Trabajo en un edificio. Hay toda clase de personas: amables, enojadas, tristes,  personas que piensan que todo debe ser resuelto con rapidez. Siempre están corriendo de un lado a otro como si algo los estuviera persiguiendo. En fin, en mi oficio de conserje, he visto de todo por lo que me ha llevado a imaginar y malentender a las personas. En la historia que les contaré aprendí a no juzgar antes de tiempo a las personas.


Un día normal, cuando estaba limpiando el vestíbulo del edificio, entró una chica muy hermosa, parecía seria y recatada, tenía apuro. Pasó corriendo por la puerta he intentó colarse en el ascensor  pero no pudo. Noté que tenía una expresión de enojo y estaba obsesionada con el tiempo, como preguntando que porque le pasa eso si no tiene tiempo. Al abrirse el ascensor entró empujando todo y no se percató que un chico entraba tras ella. Las demás personas salieron del ascensor y este se cerró frente a mi. A los 20 segundos, el edificio sufrió un apagón y todo su se detuvo. Decidí ver  donde estaba el elevador que se había atascado y tratar de ayudarlos a salir. En medio de la oscuridad pude  confirmar que este se detuvo en el tercer piso, me acerque al ascensor y antes de decir una palabra escuche voces leves de adentro,  que casi no podía escuchar. Estas voces decían.

Chico: crees que puedes soltar el…

Chica: heee sip.

Chico: espera suelta un poco.

Chica: aguanta no…

Chico: Hay un lado que se vira

Chica: ah, otro…

Chico: es el mismo

Chica: ay!, de mi lado hay uno

Chica: encontré la punta de la…

Chico: la punta de la…

Chica: Si!

Chica: Si! Aquí está.

Ah, ah no

Chico: pásame si puedes

Chica: mmm... si, si

Chico: creo que son esos que se jalan

Chica: yo también

Chico: ya está

Chica: jajajaja

Al escuchar esto me sorprendí, que estaban haciendo esos dos desconocidos dentro, no habían pasado más de 20 minutos y… ¡que rápidos!. No pensé que era sí aquella joven. Justo cuando me iba a dar la vuelta para dejarlos, las luces volvieron y el ascensor se abrió. Muchas ideas pasaron por mi cabeza e intenté averiguar que pasaba, pero los dos salieron riendo. Para lección de no malentender a las personas, me contaron que, a ellos se les había enredado la cartera con el cinturón del muchacho en la confusión, pero que al final lograron desatarlo.

Así que no se debe juzgar,  todo lo que escuchas o miras, no es lo que parece debes antes enterarte de lo que en verdad pasa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario