Soy Jorge donde trabajo se ven y
se escuchan muchas cosas. Trabajo en un edificio. Hay toda clase de personas: amables, enojadas, tristes, personas que
piensan que todo debe ser resuelto con rapidez. Siempre están corriendo de un
lado a otro como si algo los estuviera persiguiendo. En fin, en mi oficio de
conserje, he visto de todo por lo que me ha llevado a imaginar y malentender a
las personas. En la historia que les contaré aprendí a no juzgar antes de
tiempo a las personas.
Un día normal, cuando estaba
limpiando el vestíbulo del edificio, entró una chica muy hermosa, parecía seria y recatada,
tenía apuro. Pasó corriendo por la puerta he intentó colarse en el ascensor pero no pudo. Noté que tenía una
expresión de enojo y estaba obsesionada con el tiempo, como preguntando que
porque le pasa eso si no tiene tiempo. Al abrirse el ascensor entró empujando todo y no se percató que un
chico entraba tras ella. Las demás personas salieron del ascensor y este se
cerró frente a mi. A los 20 segundos, el edificio sufrió un apagón y todo su se detuvo. Decidí
ver donde estaba el elevador que se había atascado y tratar
de ayudarlos a salir. En medio de la oscuridad pude confirmar que este se detuvo en el tercer piso,
me acerque al ascensor y antes de decir una palabra escuche voces leves de adentro,
que casi no podía escuchar. Estas voces decían.
Chico: crees que puedes soltar el…
Chica: heee sip.
Chico: espera suelta un poco.
Chica: aguanta no…
Chico: Hay un lado que se vira
Chica: ah, otro…
Chico: es el mismo
Chica: ay!, de mi lado hay uno
Chica: encontré la punta de la…
Chico: la punta de la…
Chica: Si!
Chica: Si! Aquí está.
Ah, ah no
Chico: pásame si puedes
Chica: mmm... si, si
Chico: creo que son esos que se
jalan
Chica: yo también
Chico: ya está
Chica: jajajaja
Al escuchar esto me sorprendí,
que estaban haciendo esos dos desconocidos dentro, no habían pasado más de 20
minutos y… ¡que rápidos!. No pensé que era sí aquella joven. Justo cuando me iba
a dar la vuelta para dejarlos, las luces volvieron y el ascensor se abrió. Muchas
ideas pasaron por mi cabeza e intenté averiguar que pasaba, pero los dos salieron riendo. Para
lección de no malentender a las personas, me contaron que, a ellos se les había
enredado la cartera con el cinturón del muchacho en la confusión, pero que al
final lograron desatarlo.
Así que no se debe juzgar, todo lo que escuchas o miras, no es lo que
parece debes antes enterarte de lo que en verdad pasa.